Si es una mujer con una neoplasia mieloproliferativa (NMP), un tipo de trastorno de la sangre, es posible que haya escuchado que tiene una mayor probabilidad de perder el embarazo antes de la semana 20. Esto se denomina aborto espontáneo y puede ser una experiencia muy dolorosa y traumática para cualquiera que la atraviese.
Hay muchas causas posibles de aborto espontáneo, como la edad, la genética, las enfermedades crónicas y otras complicaciones. Desafortunadamente, no se sabe mucho acerca de cómo las MPN afectan los resultados del embarazo porque no hay suficiente investigación sobre este tema. Sin embargo, algunos estudios sugieren que las mujeres con MPN pueden tener más dificultades para concebir y llevar un bebé a término que las mujeres sin MPN.
Esto no significa que no pueda tener un embarazo saludable si tiene una MPN. Pero sí significa que debe cuidarse más a sí misma y a su bebé antes y durante el embarazo.
Debe hablar con su equipo de atención médica de la MPN antes de intentar quedar embarazada y asegurarse de que le hagan un chequeo y un seguimiento completos.
También debe dejar de tomar ciertos medicamentos, como la hidroxicarbamida y la anagrelida, al menos seis meses antes de la fecha prevista para concebir. Estos medicamentos pueden dañar el desarrollo de su bebé y aumentar el riesgo de aborto espontáneo en MPN.
Si ha tenido uno o más abortos espontáneos en el pasado, es posible que se sienta desesperada y enojada. Puede sentirse aislado o sin el apoyo de su pareja, amigos o familiares. Quizás se pregunte por qué le sucedió esto y qué puede hacer para evitar que vuelva a suceder.
Si cree que ha tenido un aborto espontáneo, debe comunicarse con su médico de cabecera y hematólogo lo antes posible. Ellos pueden confirmar el diagnóstico y brindarle atención médica y apoyo emocional. También pueden ayudarla a ajustar su medicación después del aborto espontáneo si es necesario para proteger su salud.
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