Las neoplasias mieloproliferativas (NMP) pueden aumentar los riesgos durante el embarazo, pero la planificación marca la diferencia.
Guía de contenido
NMP en el embarazo
A muchas personas se les puede diagnosticar una MPN entre los veinte y los treinta años, el momento de la vida en el que muchos de nosotros estamos estableciendo carreras y formando familias. Puede ser una sorpresa desagradable saber que no solo tiene una MPN, sino que este trastorno puede afectar su capacidad para formar una familia. Es posible que se haya enterado de que tenía una MPN cuando se hizo su primer análisis de sangre después de quedar embarazada. Comprensiblemente, esta noticia puede haber sido un shock.
MPN en el embarazo es real y alcanzable
Si tiene una neoplasia mieloproliferativa (MPN), es posible que se pregunte cómo afectará su embarazo y su bebé. Las MPN son trastornos sanguíneos raros que hacen que la médula ósea produzca demasiadas células sanguíneas. Pueden aumentar su riesgo de coágulos de sangre, sangrado y otras complicaciones durante el embarazo. Pero no te preocupes, ¡hay buenas noticias!
La buena noticia es que tener una MPN no tiene por qué impedirle tener un embarazo y un bebé saludables. Muchas mujeres con MPN tienen embarazos y partos exitosos.
La clave es planificar y trabajar en estrecha colaboración con su equipo de atención médica. Su hematólogo (un médico que se especializa en trastornos de la sangre) y su médico de cabecera (médico general) pueden ayudarla a manejar su condición y monitorear su salud antes, durante y después del embarazo. También pueden aconsejarle sobre las mejores opciones de tratamiento para su MPN y su embarazo.
Algunas de las cosas que usted y su equipo de atención médica deben tener en cuenta son:
El tipo y la gravedad de su MPN
Su edad y salud general
Su historial personal y familiar de coágulos de sangre o sangrado
Los medicamentos que está tomando o puede necesitar tomar para su MPN
Los posibles riesgos y beneficios de los diferentes tratamientos para usted y su bebé
El momento y la frecuencia de los análisis y exploraciones de sangre
El modo y el momento de la entrega
La necesidad de atención o apoyo adicional después del parto
Al planificar y trabajar junto con su equipo de atención médica, puede reducir los riesgos de complicaciones y disfrutar de un embarazo feliz y saludable. Recuerde, tener una MPN no significa que no pueda tener hijos. Solo significa que debes ser más cuidadoso y estar más preparado.
Riesgos y Tratamientos
Las neoplasias mieloproliferativas (NMP) son un grupo de trastornos sanguíneos que afectan la producción de glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas. Las MPN pueden causar diversas complicaciones durante el embarazo, como aborto espontáneo, preeclampsia, trombosis y sangrado.
Las MPN pueden aumentar el riesgo de aborto espontáneo tanto al principio como al final del embarazo. Las MPN también pueden aumentar el riesgo de que la madre desarrolle preeclampsia, una condición peligrosa en la que una mujer desarrolla presión arterial alta durante el embarazo. La preeclampsia puede provocar problemas graves tanto para la madre como para el bebé, como convulsiones, derrames cerebrales, daños en los órganos y restricción del crecimiento.
Las MPN también pueden aumentar el riesgo de coágulos de sangre (trombosis) y sangrado (hemorragia) en mujeres embarazadas. La trombosis puede ocurrir en las venas o las arterias y puede causar complicaciones potencialmente mortales, como embolia pulmonar o accidente cerebrovascular. El sangrado puede ocurrir debido a un recuento bajo de plaquetas o una función plaquetaria anormal y puede causar sangrado menstrual abundante, hemorragia nasal, hematomas o hemorragia posparto.
El tratamiento de las MPN durante el embarazo depende de varios factores, como el tipo y la gravedad de la MPN, la presencia de síntomas o complicaciones, el riesgo de trombosis o sangrado y los efectos potenciales sobre el feto. Los objetivos principales del tratamiento son prevenir la trombosis y el sangrado, controlar síntomas como picazón o fatiga, y evitar daños al feto.
Algunos de los tratamientos que se pueden usar para las MPN durante el embarazo son:
Aspirina: se puede recetar una dosis baja de aspirina para reducir el riesgo de trombosis y mejorar el flujo sanguíneo placentario. La aspirina generalmente es segura tanto para la madre como para el bebé, pero puede aumentar el riesgo de sangrado y debe detenerse antes del parto.
Heparina: un tipo de anticoagulante que previene la formación de coágulos sanguíneos. Se puede administrar heparina a mujeres con alto riesgo de trombosis o antecedentes de trombosis. La heparina no atraviesa la placenta y no afecta al feto, pero puede aumentar el riesgo de sangrado y osteoporosis.
Interferón: un medicamento que reduce la producción de células sanguíneas y modula el sistema inmunitario. El interferón se puede usar en mujeres con síntomas graves de MPN o complicaciones que no se controlan con otros tratamientos. El interferón se considera seguro tanto para la madre como para el bebé, pero puede causar efectos secundarios como síntomas similares a los de la gripe, depresión o problemas hepáticos.
Flebotomía: procedimiento que consiste en extraer un poco de sangre de una vena para reducir el recuento de glóbulos rojos. Se puede realizar una flebotomía en mujeres con policitemia vera (PV), un tipo de MPN que provoca un recuento alto de glóbulos rojos. La flebotomía puede reducir el riesgo de trombosis y mejorar síntomas como dolor de cabeza o mareos. La flebotomía no afecta al feto pero puede causar deficiencia de hierro o anemia.
Las mujeres embarazadas con MPN deben ser monitoreadas cuidadosamente por su equipo de atención médica, incluidos su hematólogo, obstetra y partera, para detectar y controlar cualquier problema que pueda desarrollarse. También deben seguir las recomendaciones generales, como mantenerse hidratado, evitar fumar y el alcohol, usar medias de compresión si se recomienda y reportar signos de trombosis o sangrado.
Las MPN pueden presentar algunos desafíos durante el embarazo, pero con la planificación y el tratamiento adecuados, la mayoría de las mujeres con MPN pueden tener un embarazo exitoso y un bebé saludable.
Qué esperar durante el embarazo
Si tiene una MPN o planea quedar embarazada, debe esperar análisis de sangre y citas con su equipo de atención médica más frecuentes que una mujer sin una MPN.
Revise sus recuentos sanguíneos, controle sus síntomas y ajuste su tratamiento si es necesario. También es posible que deba tomar medicamentos como aspirina o heparina para prevenir los coágulos de sangre, que son más comunes en personas con MPN y pueden causar complicaciones graves durante el embarazo. Su equipo de atención médica le aconsejará sobre la mejor medicación y dosis.
También debe conocer los signos y síntomas de la preeclampsia, como dolores de cabeza, visión borrosa, hinchazón de manos y pies y dolor abdominal.
Comuníquese con su equipo de atención médica de inmediato si experimenta alguno de estos síntomas.
¿Cómo afectará una MPN a mi bebé?
La mayoría de los bebés nacidos de madres con MPN son saludables y no heredan el trastorno. Sin embargo, existe una pequeña posibilidad (menos del 10%) de que su bebé tenga un recuento bajo de plaquetas o un bazo agrandado al nacer. Estas condiciones generalmente se resuelven solas o con tratamiento y no causan ningún problema a largo plazo para su bebé.
Algunas mujeres con MPN pueden tener que dar a luz antes de lo esperado, ya sea por inducción o por cesárea. Esto generalmente se hace para reducir el riesgo de complicaciones para la madre o el bebé. Su equipo de atención médica discutirá el mejor momento y modo de parto para usted y su bebé.
Qué esperar después del parto si tiene un MPN
Si tiene una neoplasia mieloproliferativa (MPN), es posible que tenga algunas preocupaciones sobre cómo su condición afectará su embarazo y parto. Los MPN son un grupo de cánceres de la sangre raros que hacen que el cuerpo produzca demasiados o muy pocos glóbulos. Los tipos más comunes de MPN son la policitemia vera (PV), la trombocitemia esencial (ET) y la mielofibrosis (MF).
Tener una MPN puede aumentar el riesgo de complicaciones durante el embarazo y el parto, como presión arterial alta, sangrado, coágulos de sangre y problemas de crecimiento fetal. Sin embargo, con la atención y el control adecuados, la mayoría de las mujeres con MPN pueden tener un embarazo y un parto saludables.
Después de dar a luz, deberá continuar haciéndose análisis de sangre regulares y citas de seguimiento con su equipo de atención médica. Sus recuentos sanguíneos pueden cambiar después del parto y es posible que deba ajustar su medicación en consecuencia. También debe estar atento a cualquier signo de infección, sangrado o trombosis (coágulos de sangre) y buscar atención médica si nota alguno.
Estos son algunos consejos que le ayudarán a sobrellevar su MPN después del parto:
Mantente hidratado. Beber muchos líquidos puede ayudar a prevenir la deshidratación, lo que puede empeorar los síntomas y aumentar el riesgo de coágulos de sangre.
Coma una dieta balanceada. Comer alimentos ricos en hierro, ácido fólico y vitamina B12 puede ayudar a respaldar la producción de sangre y prevenir la anemia.
Descansa lo suficiente. Dormir es importante para tu salud física y mental, especialmente después de dar a luz. Intenta dormir la siesta cuando tu bebé duerma y pide ayuda a tu pareja, familia o amigos cuando lo necesites.
Haz ejercicio moderado. La actividad física puede ayudar a mejorar la circulación, el estado de ánimo y los niveles de energía. Sin embargo, evite ejercicios extenuantes o de alto impacto que puedan causar lesiones o sangrado. Hable con su médico antes de comenzar cualquier programa de ejercicios.
Busque apoyo. Tener una MPN puede ser estresante y abrumador, especialmente después de tener un bebé. Puede experimentar ansiedad, depresión o aislamiento. Es importante hablar con alguien de confianza acerca de cómo se siente y buscar ayuda profesional si es necesario. También puede unirse a un grupo de apoyo o una comunidad en línea para personas con MPN o nuevas madres.
Tener una MPN no significa que no pueda disfrutar de la maternidad. Con la atención y el apoyo adecuados, puede controlar su afección y cuidarse a sí misma y a su bebé.
Si planea amamantar a su bebé, debe consultarlo con su hematólogo antes de comenzar. Algunos medicamentos utilizados para tratar las MPN pueden pasar a la leche materna y afectar a su bebé. Su hematólogo le aconsejará si es seguro amamantar mientras toma su medicamento o si necesita cambiar a un medicamento diferente o alimentar a su bebé con fórmula.
Lactancia materna en paciente NMP
Es posible que algunas nuevas madres no puedan amamantar a su bebé si necesitan tomar medicamentos después del parto. En esta publicación de blog, exploraremos algunos de los beneficios y desafíos de amamantar para madres con MPN, así como algunos consejos y recursos para ayudarla a tomar una decisión informada.
Desafíos de la lactancia materna
La lactancia materna también puede presentar algunos desafíos para las madres con MPN, especialmente si necesitan tomar medicamentos que no son compatibles con la lactancia materna. Algunos de los medicamentos que se usan para tratar la MPN, como la hidroxicarbamida y la anagrelida, pueden pasar a la leche materna y dañar al bebé.
Por lo tanto, las madres que necesitan estos medicamentos no deben amamantar a su bebé o deben dejar de amamantar antes de comenzar el tratamiento. La seguridad del interferón durante la lactancia es menos clara y algunos estudios sugieren que puede ser seguro en dosis bajas. Sin embargo, es importante consultar con su médico antes de amamantar mientras toma interferón, ya que puede haber factores individuales que afecten el balance riesgo-beneficio.
Otro desafío de amamantar para las madres con MPN es sobrellevar el impacto emocional de no poder amamantar si quisieran. La lactancia materna a menudo se considera una forma natural y deseable de alimentar a un bebé, y algunas madres pueden sentirse culpables, decepcionadas o inadecuadas si no pueden amamantar. También pueden enfrentar presiones o críticas de otras personas que no entienden su situación o que tienen opiniones diferentes sobre la lactancia. Estos sentimientos pueden afectar su autoestima, estado de ánimo y relación con su bebé.
Consejos y recursos
Si es una madre con MPN que quiere amamantar o está amamantando actualmente, aquí hay algunos consejos y recursos que pueden ayudarla:
Hable con su médico acerca de sus opciones de tratamiento y cómo afectan su capacidad para amamantar. Pregunte sobre los riesgos y beneficios de los diferentes medicamentos y si existen alternativas que sean seguras para amamantar.
Busque el apoyo de su partera, consultora de lactancia, enfermera u otro profesional de la salud que pueda ayudarla con técnicas, problemas y consejos sobre la lactancia. También pueden ayudarla a monitorear el crecimiento y desarrollo de su bebé y verificar si hay signos de efectos adversos de los medicamentos.
Únase a un grupo de apoyo o comunidad en línea para madres con MPN o condiciones similares. Puedes compartir tus experiencias, sentimientos y preguntas con otras madres que entienden por lo que estás pasando. También puede encontrar un amigo que pueda ofrecerle apoyo emocional y ayuda práctica.
Edúquese a sí misma ya otras personas sobre la MPN y la lactancia. Aprenda todo lo que pueda sobre su condición y cómo afecta su salud y sus opciones de crianza. También puede educar a su familia, amigos y otras personas que puedan tener preguntas o inquietudes sobre su decisión de amamantar o no. Puede utilizar fuentes de información confiables, como sitios web, libros o folletos de organizaciones acreditadas.
Sea amable consigo misma y haga lo mejor para usted y su bebé. Recuerda que no hay una forma correcta o incorrecta de alimentarse.
¿Cómo puedo manejar la fatiga después del parto?
La fatiga es un síntoma común de la MPN que puede afectar su bienestar físico y mental. La fatiga también puede empeorar con el embarazo y el parto, especialmente si ha perdido sangre o tiene otras complicaciones. Estos son algunos consejos para ayudarte a controlar la fatiga después del parto:
Descansa tanto como puedas. Trate de tomar una siesta cuando su bebé duerma, aunque sea por poco tiempo. Evite hacer demasiadas tareas domésticas u otras tareas que puedan esperar.
Coma bien y beba muchos líquidos. Elija alimentos nutritivos que le den energía, como frutas, verduras, cereales integrales, proteínas magras y productos lácteos. Evite la cafeína, el alcohol y las bebidas azucaradas que pueden deshidratarlo o hacerlo sentir nervioso.
Haz ejercicio moderado. La actividad física puede ayudarlo a sentirse más alerta y mejorar su estado de ánimo. Trate de hacer al menos 150 minutos de ejercicio moderado por semana, como caminar o nadar. Comience lentamente y aumente gradualmente su intensidad y duración. Escuche a su cuerpo y deténgase si no se siente bien o siente dolor.
Busque el apoyo de otros. No tenga miedo de pedir ayuda a su pareja, familiares, amigos o vecinos. Pueden ayudarlo con el cuidado de los niños, las tareas del hogar, las compras o la cocina. También puede unirse a un grupo de apoyo para mujeres con MPN o nuevas madres para compartir sus experiencias y sentimientos con otras personas que lo entiendan.
Hable con su médico. Si su fatiga es intensa o persistente, puede ser un signo de un problema subyacente, como anemia, infección o depresión. Su médico puede controlar sus recuentos sanguíneos, recetarle medicamentos o derivarlo a un especialista si es necesario.
La fatiga después del parto es normal y esperada, pero puede ser más desafiante para las mujeres con MPN. Siguiendo estos consejos, podrá sobrellevar mejor la fatiga y disfrutar de su nuevo bebé.
Planificación para el embarazo con una neoplasia mieloproliferativa
Una neoplasia mieloproliferativa (NMP) es un tipo de cáncer de la sangre que hace que la médula ósea produzca demasiadas células sanguíneas. Esto puede provocar problemas como coágulos de sangre, sangrado, infecciones y agrandamiento del bazo. Las MPN son afecciones crónicas que requieren tratamiento y control de por vida.
Si le han diagnosticado una MPN y desea formar una familia, es importante que planifique con su hematólogo. Su hematólogo es un médico que se especializa en trastornos de la sangre y puede ayudarla a controlar su afección y prepararse para el embarazo.
En esta publicación de blog, analizaremos algunas de las cosas que debe tener en cuenta antes y durante el embarazo si tiene una MPN.
Si es posible, es mejor planificar con su hematólogo y médico de cabecera u obstetra ANTES de quedar embarazada.
El embarazo puede afectar su MPN de diferentes maneras. Para algunas personas, el embarazo puede mejorar sus síntomas y recuentos sanguíneos. Para otras, el embarazo puede empeorar su condición y aumentar el riesgo de complicaciones como coágulos de sangre o sangrado. Su hematólogo puede evaluar su situación individual y aconsejarle sobre el mejor momento para concebir y la forma más segura de manejar su MPN durante el embarazo.
Otra razón para planificar es que algunos de los medicamentos utilizados para tratar las MPN no son seguros para el embarazo. Estos incluyen hidroxicarbamida y anagrelida, que son medicamentos que reducen la cantidad de células sanguíneas en su cuerpo. Estos medicamentos pueden dañar el desarrollo de su bebé y deben evitarse si planea quedar embarazada o tener un hijo.
Si ha estado tomando aspirina solamente, o si está siendo tratado con aspirina junto con flebotomía, generalmente puede continuar con este mismo plan de tratamiento mientras intenta tener un hijo, esto se aplica tanto a hombres como a mujeres.
La aspirina es un medicamento que previene la formación de coágulos de sangre al hacer que las plaquetas sean menos pegajosas. Las plaquetas son pequeñas células sanguíneas que ayudan a que la sangre se coagule cuando tiene una lesión. La aspirina se usa a menudo para tratar las MPN porque reduce el riesgo de coágulos de sangre, que pueden poner en peligro la vida.
La flebotomía es un procedimiento que extrae parte de la sangre de su cuerpo. Esto reduce la cantidad de glóbulos rojos en su cuerpo, que transportan oxígeno por todo el cuerpo. La flebotomía a menudo se usa para tratar la policitemia vera (PV), que es un tipo de MPN que hace que la médula ósea produzca demasiados glóbulos rojos. Esto puede espesar la sangre y ralentizar su flujo.
La aspirina y la flebotomía generalmente son seguras para el embarazo y no afectan su fertilidad ni el desarrollo de su bebé. Sin embargo, siempre debe consultar a su hematólogo antes de tomar cualquier medicamento o someterse a cualquier procedimiento.
Fármacos citorreductores y embarazo: lo que debe saber.
Si tiene una neoplasia mieloproliferativa (NMP), un tipo de cáncer de la sangre que provoca que la médula ósea produzca demasiadas células sanguíneas, es posible que esté tomando medicamentos citorreductores para reducir los recuentos sanguíneos y reducir el riesgo de complicaciones. Sin embargo, estos medicamentos pueden tener efectos nocivos en su fertilidad y en el feto. En esta publicación de blog, explicaremos por qué debe evitar los medicamentos citorreductores como la hidroxicarbamida o la anagrelida si está planeando quedarse embarazada y qué alternativas tiene.
Los medicamentos citorreductores funcionan al interferir con la síntesis de ADN de las células sanguíneas, lo que ralentiza su producción y crecimiento. Sin embargo, esto también significa que pueden dañar el ADN de sus óvulos, lo que puede causar defectos de nacimiento o aborto espontáneo en su bebé. Por lo tanto, si está tomando medicamentos citorreductores como la hidroxicarbamida o la anagrelida para controlar su MPN, le recomendamos que consulte con su hematólogo un plan de tratamiento diferente y que analice si debe dejar de tomar estos medicamentos durante al menos seis meses antes de quedar embarazada.
Hay otras opciones para manejar su MPN que son más seguras para su embarazo. Por ejemplo, es posible que pueda cambiar a un tipo diferente de medicamento llamado interferón, que estimula su sistema inmunológico para combatir las células sanguíneas anormales. Se ha demostrado que el interferón es eficaz y seguro para las mujeres que desean tener hijos. Otra opción es someterse a un procedimiento llamado flebotomía, que consiste en extraer parte de su sangre para reducir el recuento de glóbulos rojos. Esto se puede hacer regularmente durante su embarazo bajo estrecha supervisión.
Si ha estado tomando medicamentos citorreductores como hidroxicarbamida o anagrelida para controlar su MPN, le recomendamos que consulte con su hematólogo un plan de tratamiento diferente y analice si debe dejar de tomar estos medicamentos durante al menos seis meses antes de convertirse en embarazada. Es importante planificar y permitir que su cuerpo se adapte, sin prisas. Es posible que no necesite medicamentos porque su volumen de sangre aumentará durante el embarazo. Su hematólogo puede aconsejarle sobre las mejores opciones para usted.
Comments